domingo, 26 de abril de 2009

La Primera Guerra Mundial

Esta semana hemos estudiado el tema 11 que nos explica las causas que generaron la Primera Guerra Mundial, las consecuencias que tuvo a nivel mundial y los problemas de recuperación, entre otras cosas, por la depresión de los años treinta.

La Primera Guerra Mundial estalló en el 1914 por una serie de causas tanto económicas como políticas. Desde el punto de vista económico, el aumento de la producción y de la productividad que hacía posible participar en la Segunda Revolución Tecnológica provocó una lucha por los mercados mundiales. Este problema se acentuó sobretodo cuando el creciente desarrollo económico de Alemania fue frenado por Gran Bretaña ya que ésta dificultaba al máximo la introducción de los productos alemanes y ponía grandes dificultades para obtener materias primas de su colonia. Por lo que hace a las causas políticas, los enfrentamientos se produjeron básicamente por la ocupación de las últimas colonias y la formación de imperios económicos situados en zonas de economías atrasadas.
Esta serie de enfrentamientos dio lugar a la creación de dos bandos que entraron en conflicto: los imperios centrales compuestos por el Imperio alemán y el austrohúngaro, y la Triple Entente formada por Gran Bretaña, Francia y Rusia. Al margen de estos, se encontraban los países neutrales. De esta manera se originó una guerra que aunque en un inicio se pensó que sería de corta duración, se alargó hasta el año 1919 y la cual comportó muchas consecuencias a nivel mundial.

Por un lado, podemos hablar de consecuencias demográficas, de las cuales cabe destacar los nueve millones de fallecidos, el gran número de personas discapacitadas especialmente alemanes y franceses, las bajas militares o el déficit de nacimientos, entre otras cosas. Las pérdidas de capital no fueron tan graves como las demográficas aunque cabe destacar los grandes desperfectos que sufrió Gran Bretaña en sus buques, especialmente en los submarinos, la pérdida de capitales exteriores por parte de Alemania y las pérdidas de capital fijo, sobretodo de Bélgica y Francia. Por lo que hace a la producción industrial, los países que entraron en guerra aumentaron la producción en los sectores metalúrgicos, todo lo contrario a lo que pasó con los sectores agrícolas o a los del calzado, entre otros, ya que salieron muy dañados de la guerra. Los países neutrales pudieron reducir importaciones y Japón y EUA fueron los que más se beneficiaron del conflicto. Además de esto desaparecieron muchas industrias de bienes de consumo a causa de los problemas de recuperación por la tecnología obsoleta.
Aparte de todo esto, hubo dos consecuencias a largo plazo que fueron las que más repercusión tuvieron. Éstas fueron los desequilibrios financieros, los problemas territoriales y las humillaciones nacionales. Aumentó la oferta monetaria y el déficit presupuestario y se abandonó la disciplina del patrón oro.

Algunas de las causas que impulsaron la guerra actualmente también se producen. Especialmente, me refiero al hecho de que muchos países ricos se aprovechan de los más desfavorecidos. Antes de iniciarse la Primera Guerra Mundial muchos imperios económicos se instalaron en lugares con economías atrasadas y sin posibilidad de hacer frente a estas invasiones.
En la actualidad, estos hechos se siguen produciendo ya que muchos países ocupan zonas con mucha pobreza demandando mano de obra a precios muy bajos, aprovechándose de esta manera de la necesidad de trabajar de estas personas.


domingo, 19 de abril de 2009

El sistema internacional de pagos: el patrón oro

Durante esta semana hemos tratado en clase el tema 9 que hace referencia al sistema internacional de pagos: el patrón de oro.
El gran crecimiento de la actividad económica y el incremento de los intercambios, no solo interiores sino también internacionales, forzó la creación de nuevos sistemas internacionales de pago. De todos ellos el que tendría más importancia sería el patrón oro. Éste se definía como un sistema monetario de cambios fijos que tenía como requisitos básicos la proximidad entre el valor real y el valor nominal, la libre circulación de oro entre países y la libre convertibilidad. Además de esto tenía dos objetivos fundamentales: la estabilidad de los cambios y de los precios.
El país que lideró este sistema fue Inglaterra, una de las principales potencias industriales, ya que tenía un buen tratado de comercio con Portugal, lo que significaba que tenía una buena dotación de minerales preciosos.
En la época industrial dominaba el dinero real. Posteriormente aumentaron los billetes en circulación y los depósitos bancarios. La teoría del patrón oro se consideró como un ajuste automático e hizo que fuese disminuyendo el uso del patrón plata ya que las monedas de plata tuvieron que acuñarse con un peso inferior a su patrón legal. No obstante, la plata era un material más accesible y aportaba mayor flexibilidad en la oferta monetaria de los países que lo utilizaban.
A pesar del aumento en las disponibilidades de oro, el crecimiento de los intercambios exigía una mayor disponibilidad de medios de pago, que sólo fue posible incrementando el dinero bancario. Fue en el siglo XIX cuando el dinero fiduciario y los depósitos bancarios adquirieron mayor importancia.

La introducción del euro en el año 2002 podemos decir que es un caso que se asemeja bastante al del patrón oro, sobretodo por la intención de querer aplicar un sistema de pago, en este caso en Europa, de cambios fijos y que pudiera ser intercambiable en todos los países que forman parte de él. De todas formas el patrón oro fue un sistema internacional a diferencia del euro que su utilización se limita a un número reducido de países, concretamente los que forman la Unión Europea. No obstante, la moneda euro causó muchos cambios y siempre se esperó que aportara la flexibilidad y la liquidez a los mercados financieros de la que anteriormente carecía. Ahora bien, la pregunta que se hace hoy en día es si el euro realmente ha mejorado lo que pretendía y si ha ampliado los mercados financieros como bien se decía.

lunes, 6 de abril de 2009

El surgimiento de la economía internacional: proteccionismo y los movimientos internacionales de los factores de producción.



En las clases de la semana pasada terminamos de dar el tema 8, el surgimiento de la economía internacional. La Revolución Industrial, junto con la revolución de los transportes supuso cambios importantes en la disponibilidad de los productos y de factores de producción, hasta el punto de producir cambios en el conjunto de la economía. Mientras que las economías preindustriales eran economías en las que el comercio era secundario, la finalidad de las economías surgidas después de la Revolución Industrial producían para vender, y eso implicaba hacerse dependientes del comercio, tanto interior como internacional. No obstante, por varias razones como fueron la madurez de las industrias nacionales, las dificultades de muchos países monoexportadores primarios o la amenaza que representaban EEUU y Alemania para Inglaterra, se extendió el proteccionismo, adoptado sobre todo por aquellas naciones que no estaban dominadas por potencias imperialistas.

Además de la fuerza que adquirió el proteccionismo, a lo largo del siglo XIX se registró la oleada más grande y sin precedentes de la emigración. Los movimientos migratorios se iniciaron en Inglaterra, aunque ésta hubiese sido una gran potencia industrial, y fue por varios motivos: factores ideológicos, motivos de persecución ética, la existencia de unas leyes muy duras para meterse en negocios y el hecho de que el triunfo de la industrialización fue el fracaso de la agricultura. Italia también fue protagonista por las grandes oleadas migratorias, aunque lo sufrió más tarde porque se industrializó posteriormente.

Cabe destacar también, el flujo de capital que trajo el comercio internacional. Antes de mediados del siglo XIX, la inversión exterior empezó a crecer fuertemente, ya fuese para la construcción de redes ferroviarias, el desarrollo de instituciones financieras especializadas, entre otras cosas. No obstante, se puede decir que los principales determinantes de la inversión exterior de capitales fueron la urbanización y el progreso técnico.

Actualmente, no cabe duda que la emigración es un fenómeno del que oímos hablar cada día. Muchas personas salen de sus países y se dirigen a otros con el objetivo de encontrar un trabajo decente que les permita desarrollar sus cualidades y vivir de manera digna. La falta de inversiones en países con escaso capital en actividades que crean empleo, es uno de los motivos principales de que haya una migración no tan voluntaria como se piensa. Además de esto, los cambios tecnológicos y económicos motivados por la globalización, han creado una demanda creciente de mano de obra internacional en los países industrializados. No obstante, a pesar de que existan muchos trabajadores con necesidad de trabajo y una demanda fuerte en bastantes países, muchas de las políticas de inmigración que tenemos hoy en día no facilitan demasiado la migración legal.